( Christian u201220216 )
Durante la grabación del video, mi equipo y yo pudimos corroborar que la situación actual del transporte público limeño era ciertamente bastante deficiente. Los usuarios de este medio, a los cuales entrevistamos, expresaban los sinsabores que habían experimentado en sus diferentes viajes a través de las calles de la capital y, al comparar dichas experiencias con otras similares que tuvieron en otros países, confirmaron que efectivamente hay algo que perturba el orden en la ciudad y que debe ser arreglado de manera inmediata.
Al tomar como referencia el caso que nos comentó uno de los jóvenes entrevistados, podemos darnos cuenta que a pesar de que Argentina no se encuentra en una condición favorable, el mismo problema no es tan caótico como en el Perú, pues, al contrastar las diferencias que existen entre el servicio de transporte público argentino y peruano, hasta se podría decir que lo toma como un modelo a seguir y que puede ser utilizado para generar el cambio en Lima.
En otras de las experiencias mencionadas por los jóvenes entrevistados, uno se percata que existen otras “condiciones” que generan el desánimo de los usuarios por movilizarse en estos medios, la incomodidad y la inseguridad. La primera se origina principalmente por el apiñamiento dentro de las combis o buses, ya que, al exceder la capacidad permitida en ambos vehículos de transporte, la gente se sofoca por el calor, se golpea e incluso algunos roces desagradables suelen suceden. La inseguridad se toma desde dos aspectos: dentro del medio de transporte, los delincuentes aprovechan el exceso de personas y despojan las pertenencias de los pasajeros sin que estos se den cuenta, y fuera del medio de transporte, al estar expuestos en áreas como el puente primavera, conocido la proliferación delincuencial, los pasajeros son blancos fáciles, en especial durante las horas punta.
En conclusión, la gente se ha acostumbrado a la fuerza a este servicio informal deplorable que prácticamente los obliga a buscar una solución desesperada que respete tanto sus derechos como su condición de usuario. Creemos que lo que se debe crear es: una nueva estructuración del sistema de transporte público en Lima, enfocado al orden y la reducción del congestionamiento vehicular en horas punta; seguridad constante, tanto en las calles como dentro de los vehículos para que los usuarios no tengan temor a ser robados, ni tengan la necesidad de usar vehículos particulares, y, finalmente, servicio de calidad, de esta manera, al establecer una tarifa más estandarizada y un trato más amigable, la gente se sentiría más conforme y a gusto al subir a las combis o buses . Si nos ponemos a pensar y tomamos en consideración lo expresado en las entrevistas, podemos tener una idea un poco más clara de lo que realmente se debe hacer y que, con la planificación y el tiempo adecuados, se puede volver una realidad.
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